- Los síntomas pueden iniciarse con una lumbalgia que, transcurridos algunos días o semanas, gradualmente o, en ocasiones, de súbito, evolución hacia el dolor radicular, frecuentemente con atenuación de la lumbalgia.
- Rara vez se identifican los factores desencadenantes.
- El dolor alivia al flexionar la rodilla y el muslo
- Por lo general, los pacientes evitan realizar movimientos excesivos pero permanecer en una misma posición (sea sentados, parados o acostados) por mucho tiempo puede empeorar el dolor, por lo cual es necesario que cambien de posición a intervalos que van de unos pocos minutos a 10-20 minutos. Esta actitud de cambiar de posición no es lo mismo que retorcerse de dolor, como ocurre, por ejemplo, en los casos de obstrucción ureteral.
- El dolor se agrava con la tos, el estornudo o los esfuerzos de defecación.
Diagnóstico
- Los síntomas y la exploración de la sensibilidad, movilidad y reflejos motores nos ofrecerán un mapa perfecto de la posible raíz afectada.
- Confirmar el proceso mediante una RMN (Resonancia Magnética Nuclear).
- En ocasiones se plantea realizar un estudio de la conducción nerviosa mediante una exploración electromiográfica.